En estas paredes queda revelado el destino después de la muerte.

Tenemos tres 'almas' o espíritus que trascienden el hecho físico de la muerte; esos tres espíritus son expresiones diferentes de nuestro ser.
El Abajo compromete nuestras raíces, la mimetización con el paisaje, la adecuación a las fechas fenológicas; la identidad.
El Aquí compromete nuestros afectos y responsabilidades.
El Arriba se corresponde con nuestro trato con las Entidades Rectoras; nuestra moral.
Al morir nuestras buenas acciones y enseñanzas se plasman en el inconsciente colectivo; el afecto se funde en la memoria afectiva de nuestra gente y la identidad, las raíces, aseguran la continuidad y permanencia dela etnia a través del tiempo y de las vicisitudes.